Puntuación del crítico: 6 | Después del éxito de la tercera parte, Lucas Arts se animó a seguir con la gallina de huevos de oro, metiendo a Guybrush en una nueva aventura donde contaría con unos gráficos a la última. En serio, ¿quién no querría ver Monkey Island en tres dimensiones? El problema es el argumento.
Todo comienza justo después de la luna de miel de Guybrush y Elaine (el final de The Curse of Monkey Island), que se dirigen a la isla Melee de nuevo para encontrarse con que hay un nuevo gobernador que la ha declarado muerta. No solo eso, sino que resulta que hay más allá de lo que se ve a simple vista y el que está tras la sombra es otro personaje muy conocido por todos. Por supuesto, no pienso desvelarlo para aquellos que quieran descubrirlo por sí mismos. Más tarde, Guybrush verá que tiene que hacerse con el Insulto Definitivo, para derrotar al gran malo e impedir que las aguas del Caribe se vuelvan comerciales y sin piratas.
¿Cuál es el problema? Revisión, revisión y más revisión, ninguna innovación notable al frente, es decir, más de lo mismo. Diablos, si hasta parece que traten de repetir la primera parte, con las islas Melee y la propia Monkey Island, que vuelve a ser la que era, eliminando de una tajada lo ocurrido en la tercera parte. Vuelven hasta los duelos de insultos, es como si nada hubiese cambiado. Posiblemente, este detalle puede que encante a los fanáticos de la saga (yo me incluyo), de hecho, es muy fácil caer encantado ante las revisiones de nuestras islas preferidas, que antes habíamos jugado en nuestras pantallas con sprites en 2D, ahora con un acabado magnífico, en unas deliciosas 3 dimensiones, bastante bien resuelto. Eso sí, qué cambiazo ha pegado la ambientación, tiene un tono más edulcorado que no ayuda nada, desde luego, esto no es lo mismo.
Y precisamente, ese tono edulcorado llega a extenderse hasta en el humor que caracterizaba la serie, es... extraño, casi no hace gracia y parece más infantil. Hay un tono muchísimo más complaciente y light que no me convence y deja bastante indiferente. Una verdadera lástima. Pero lo peor, y lo digo en serio, es el final, menudo final se sacan de la manga, por dios. No quiero reventar nada, pero es patético, con un minijuego más que repelente y un giro argumental bastante pésimo, en especial todo lo que tiene que ver con el padre de Elaine Marley, que contradice las entregas anteriores.
Para colmo, el ratón ha desaparecido, ahora se maneja con teclado y has de estar pendiente ante la cabecilla del bueno de Guybrush, que emula a su amigo de compañía Grim Fandango. De hecho, es el mismo sistema, puede gustar o no, pero desde luego no es lo mismo.
¿Es entonces una mala aventura gráfica? No, ni por asomo. De hecho, es bastante buena, tiene un ritmo bastante bueno, es una historia que se hace entretenida, los gráficos son de lo mejorcito, al menos te ries con algunas gracietas, las conversaciones son entretenidas... ¿Cuál es el problema entonces? Exigencias, que es imposible no compararla con las anteriores entregas y no le llega a ninguna de ellas ni en la suela de los zapatos, es infinitamente inferior. De hecho, lo único que conserva con tino es la música, por suerte sigue siendo excelente.
En fin, una lástima, sin duda la entrega más floja de todas. Y a ver si aprenden los programadores con eso de quitar el ratón en este tipo de juegos, el teclado es mucho más limitado y complicado. ¿Por qué cambiar lo que ya está bien? Sigh...
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